Paul Simon

 

Fernando González


 

Junto a Art Garfunkel formó uno de los dúos más interesantes de los sesenta.  Ahora en solitario, Paul Simon se encuentra en Europa promocionando su último disco, The rhythm of the saints. El día 15 actúa en Barcelona, el 16 en Madrid y el 18 en La Coruña.

Sus dos últimos discos, “Graceland” y “The rhythm of the saints”, se basan en la música africana y brasileña, respectivamente. ¿Por qué trabaja con ritmos étnicos?
Todos estos sonidos que utilizo ahora son una recapitulación de lo que escuché en mi infancia, no una idea intelectual de la mezcla de culturas. La música que escuchaba cuando tenía 12-13 años era tan exótica para mí como la música africana o brasileña es hoy para la gente. Primero escuché el doo-wop de las esquinas, luego a Ray Charles y Ruth Brown, después a Jonny Cash y Carl Perkins, todo lo que se llamaba rock and roll, un mundo inmenso, misterioso.

Muchos críticos no están de acuerdo en que se hagan estas mezclas y estas fusiones de estilos y tradiciones porque dicen que en algunos casos se hace sin conocer las culturas de la que proceden.
Eso no es lo que sucede. La gente dice: “Esto destruye las culturas”, pero no creo que haya razón válida en este concepto. No veo que las culturas desaparezcan por el intercambio de ideas. Para mí, insisto, no es un concepto intelectual.

Entonces no está de acuerdo con estas críticas…
Eso es. La música del mundo es la música local, Lo mejor para acercarse a una cultura es respetarla. Esa es la clave. Ir respetuosamente, como alguien que no conoce nada y no pretende saberlo todo. Yo encontré que, en su mayor parte, las personas son amables y abiertas. Pero debes saber que eres un invitado y que eres un privilegiado por estar allí.

¿Lo hace por salir de alguna forma del gueto?
Mire, soy un varón blanco, anglosajón y judío, pero soy también más que todo eso. Podemos salir de nuestro gueto. La gente puede comunicarse. Es duro, cuesta, pero se produce. Y cuando consigues establecer un concepto, esa experiencia es muy oxigenante.

¿Es cierto que el origen de “The rhythm of the saints” tuvo lugar una madrugada en un aparcamiento de Los Angeles?
Sí, sí, es cierto. Poco tiempo después de finalizar la gira de Graceland, Milton Nascimento me invitó a cantar un dúo con él en el disco que estaba grabando. Después de la sesión de grabación estábamos dando vueltas en el aparcamiento mientras hablábamos y me dijo: “Tienes que venir a Brasil”, y contesté: “Me encantaría oír las percusiones. No la percusión pop, sino los tambores tradicionales.”

¿Y le convenció rápido?
Bueno, yo ya había estado pensando en el tema de la percusión. Recuerdo que mientras estaba en marcha la gira de Graceland, Quincy Jones me dijo: “Sí, los grandes cantantes de África son los surafricanos, pero los mejores baterías son los de la Costa Oeste. “ Eso se me quedó grabado. Así que cuando Milton me dijo que fuera a Brasil, supe lo que quería oír. Pero no tenía la idea de hacer un disco o algo así. Era la sensación de que allí había algo interesante.

Parece usted muy seguro de sí mismo.
Bueno, yo nunca hago las cosas porque sí. Nunca son casuales.

¿Es verdad que tuvo problemas políticos cuando grabó “Graceland”?
Fui lo bastante ingenuo como para ir y empezar ese proyecto sin saber que la ANC (Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela) tenía algo que decir. Parecía que yo representaba el papel de una estrella blanca que venía del rico y poderoso hemisferio norte, que estaban muy interesada en algunas músicas populares del pobre y no blanco hemisferio sur. Eso levantaba michas sospechas.

¿Y cómo reaccionó?
Musicalmente. Nica se me ocurrió la idea de que una colaboración con músicos de otras culturas pudiera ser vista como imperialismo cultural. Así que reaccioné musicalmente. Me gustaba cierto tipo de música, quería tocar con esos músicos, quería colaborar con ellos y los traté con el mayor respeto musical. Por lo menos pagué muy bien, muy bien a la gente.

¿Ha tenido los mismos problemas con su último disco?
No. En Brasil los problemas sobre apropiación e imperialismo cultural no existen. Los músicos y las demás personas con las que he trabajado estaban alucinados con el proyecto.

¿Ahora tiene algún proyecto musical en mente?
La gira europea para promocionar mi último disco. Dentro de unos días actuaré en España, país del que guardo gratos recuerdos.

 

15 de Julio de 1991
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