Still Crazy After All These Years

por David Lister

 

Paul Simon ha hecho pop clásico durante más de 40 años, desde su díscola pero gloriosa asociación con Art Garfunkel, pasando por sus exploraciones de influencias sudafricanas y latinoamericanas -y una gira con Bob Dylan- hasta su último álbum, grabado con Brian Eno. David Lister se reúne con el icono.

Uno de los temas del nuevo y conmovedor álbum de Paul Simon tiene un estribillo que resultará un poco inquietante para los que tengan cierta edad. El estribillo pregunta: "¿Quién te querrá cuando tu atractivo haya desaparecido?". Se canta una y otra vez. Es muy Paul Simon. Nadie en la música popular, desde luego ninguna otra estrella de los sesenta, interpreta la angustia de la mediana edad como Paul Simon. No es de extrañar que hiciera un cameo en la película Annie Hall, de Woody Allen, como una estrella del rock un poco irritante y nerviosa: Paul Simon interpretando a Paul Simon interpretando a Paul Simon, o eso parecía. Incluso cuando abrió nuevos caminos musicales en 1986 al utilizar músicos sudafricanos en su álbum Graceland, uno de los temas empezaba, de forma demasiado inevitable: "Estaba teniendo esta discusión en un taxi que se dirigía al centro/ Reordenando mi posición sobre este amigo mío que tuvo un pequeño colapso". La letra tenía más de Park Avenue que de municipio de Johannesburgo.

Pero Paul Simon se dedicó a la angustia de la mediana edad desde una edad temprana (y con melodías gloriosamente contagiosas). ¿Qué otra cosa era "Mrs Robinson", su canción de Bookends de Simon and Garfunkel y, mucho más famosa, de la película El graduado? ¿Qué otra cosa era "Homeward Bound", su ataque de nostalgia escrito en un banco de la estación de Widnes durante una de sus primeras giras por el Reino Unido? ¿Qué otra cosa era "You Can Call Me Al" del álbum Graceland, con su antihéroe barrigón("¿Por qué soy blando en el cintura, cuando toda mi vida es tan dura?")

Sin embargo, cuando le digo a Paul Simon, al conocerle esta semana, que algunos piensan que es un hombre depresivo, se sorprende. Siempre educado, reflexionando largamente sobre cada frase antes de pronunciarla lenta y cuidadosamente, responde: "Si usted dice que eso es lo que la gente piensa de mí, supongo que eso es lo que piensan de mí. Pero espero que no piensen que soy un hombre depresivo. Si repasas mis canciones no saldrás con depresión en absoluto. Piensa en 'Bridge Over Troubled Water' de Simon y Garfunkel".

En realidad, no me refería necesariamente a la música, que es alegre y divertida. El humor ha impregnado sus canciones, y un factor a menudo poco apreciado en su obra son las sarcásticas frases neoyorquinas (la mujer en una fiesta, por ejemplo: "Ella dijo que hay algo en ti que me recuerda mucho al dinero. Era el tipo de chica que podía decir cosas que no eran tan graciosas").

No cabe duda de que Simon es feliz en estos momentos, y el nuevo álbum lo demuestra. Tiene tres hijos con su mujer desde hace 14 años, la cantante y actriz Edie Brickell. Nos reímos cuando le informo de que en su página de cine en Internet la sección titulada "curiosidades" dice: "tres hijos con Paul Simon". Él se ríe; incluso habla de las "muchísimas risas " que se echó con Bob Dylan cuando estuvieron de gira juntos por Estados Unidos hace poco. Un Dylan risueño y un Paul Simon risueño: supongo que había que estar allí. Actuaron en la ciudad natal de Dylan, Hibbing, Minnesota, en la feria con la noria detrás y 30.000 fans delante.

Simon se ríe mientras me cuenta cómo Dylan se olvidó de coger su armónica en el escenario. Le recuerdo una de las primeras canciones de Simon and Garfunkel en la que Simon hace una malvada parodia de Dylan perdiendo su armónica. Jadea, un poco avergonzado, al darse cuenta de la relación por primera vez. "Oh, era sólo una broma mía. Entonces ni siquiera conocía a Bob". También parece un poco angustiado cuando me río al recordar que Anne Nightingale le preguntó en The Old Grey Whistle Test, años después de la separación de Simon and Garfunkel, si echaba de menos la contribución como compositor de Art Garfunkel. Él respondió: "Eso nunca fue una asociación de escritura". "¿Crees que la gente lo sabe?", preguntó. "Casi todo el mundo menos tú, Anne", dijo él. "Me sentí muy culpable por eso", dice ahora. "He oído que se burlaron de ella durante años".

Parece que también se burló de Dylan en su gira. "Sabes, le dije a Bob, ¿cómo acabó una familia judía en Hibbing, Minnesota?". Simon and Garfunkel, que se conocieron en la escuela cuando tenían 11 años, eran dos chicos judíos de Nueva York. De hecho, las notas de presentación de uno de sus primeros álbumes decían: "Un bufete de abogados que no lo son". La religión aparece de vez en cuando en el nuevo álbum, pero Simon declara: "No soy religioso, nada religioso. Estoy de acuerdo con las suposiciones de Richard Dawkins sobre la religión. No me interesa la religión. Me interesa más o menos Dios. Pero no me interesa la religión como camino hacia Dios. Mi interés en la religión es que no me aniquile a mí o a mi familia".

El álbum contiene una conmovedora canción de amor a su hija, con las líneas del estribillo: "Mientras uno y uno sean dos/ Nunca podría haber un padre que amara a su hija más de lo que yo te amo a ti". Simon tiene tres hijos, uno de ellos de su primer matrimonio, y una hija. Ella le fascina. "Una hija es misteriosa. Es todo ese tópico de lo femenino, peinarse, hacer ese tipo de cosas, qué ropa elige ponerse, qué elige no ponerse. Está a punto de pasar la página 200 de la novela que está escribiendo". ¿Cuántos años tiene? ""Once".

El título del álbum, Surprise, es, según él, "una expresión bastante fiel de lo que siento. Te sorprende cómo sale todo. Nunca me anticipé a nada cuando era joven, así que me sorprenden las cosas que salen bien. Y me sorprenden las cosas que no han salido bien. La vida es tan enorme y preciosa y tienes tanta suerte incluso de haber nacido".

Este es un tipo en paz consigo mismo. No siempre fue así. Tras la ruptura de su primer matrimonio con Peggy Harper, se casó con la actriz Carrie Fisher, la princesa Leia en las películas de La Guerra de las Galaxias. Aparte de la divertida cuestión de quién tenía una familia más famosa, si Paul con su suegra Debbie Reynolds y su suegro Eddie Fisher o ellos con su yerno Paul Simon, el matrimonio fue una montaña rusa. Fisher sufría adicción a la bebida y a las drogas; escribió sobre ello en su novela (y posterior película) Postales Desde el Filo y también escribió una novela basada en su matrimonio con Simon. Cuando le pregunto por su álbum Still Crazy After All These Years, grabado más o menos en la época de la ruptura, se limita a decir: "Estaba en un momento difícil".

Se dice en varios sitios web de fans de Paul Simon que utilizó el humor en sus canciones para escribir sobre la separación, en particular con la canción "50 Ways to Leave Your Lover". "No", dice él, sorprendido y con un rubor y una sonrisa bastante dulces para una persona de 64 años, "eso era sobre otra persona, en realidad".

Pero ahora está contento, y tampoco hay problemas con esa otra relación importante, la que mantuvo con Art Garfunkel. Terminó con un poco de acritud a principios de los setenta, pero se mostraron en plena forma en una gira de reunión hace dos años, aunque Garfunkel dijera que era el 50 aniversario de su primera reunión, para que Paul replicara, inexpresivo, que entonces era el 48 aniversario de cuando empezaron a discutir.

Menciono lo sorprendido que me quedé al oír a Garfunkel describir desde el escenario cómo la pareja actuó en Brick Lane en sus primeros días. "No", se ríe. "No es verdad. Eso es cosa de Artie. Nosotros nunca tocamos en la calle. Bueno, yo lo hice en Francia, pero nunca en Inglaterra. Yo tocaba en los clubes de folk. Dejé que Artie dijera lo que quisiera. Era su turno de palabra".

En la década de los sesenta, la pareja había cosechado un éxito asombroso, pasando del material folk inicial a las extravagantes melodías de Bookends y el multimillonario Bridge Over Troubled Water. Simon compuso la banda sonora de la película El graduado, canciones de alienación urbana desde "The Sound of Silence" a "The Boxer" y, casi por casualidad, creó el himno hippy perfecto, "The 59th Street Bridge Song (Feeling Groovy)". Los versos " Hola farola, ¿Qué me cuentas? / He venido a ver crecer tus flores", eran Simon, y no por primera vez, captando el sentimiento imperante en los campus.

Los vi en concierto en el Royal Albert Hall girando con el álbum Bridge Over Troubled Water. Las famosas armonías corales sobre las melodías folk-rock de Simon eran de esperar, pero ya empezaban a tener toques de los sonidos gospel y latinos a los que se daría rienda suelta en los discos en solitario de Simon. Fue el único concierto al que he asistido en el que el público, que se negaba a marcharse mucho después de que se hubieran encendido las luces y se hubieran agotado todas las posibilidades de bis, tuvo que ser invitado por un severo empleado a salir.

Tal era su popularidad entonces. Pero el espectáculo también destacó por la expresión del rostro de Simon, de pie a un lado del escenario, mientras Art Garfunkel cantaba "Bridge Over Troubled Water", acompañado por un pianista. No tenía el ceño fruncido, pero tampoco estaba contento. Simon admitió años después que odiaba ver cómo Garfunkel se llevaba todos los aplausos por su canción. Además, necesitaba liberarse del dúo y su formato de guitarra acústica para expresar sus ambiciones musicales.

Ahora, sin embargo, siente mucho cariño por días incluso anteriores a ese, por su periodo folk, cuando vivía en Londres. Hace unos años, en un concierto en Londres, invitó a subir al escenario al influyente cantante folk Martin Carthy para hacer una maravillosa y auténtica interpretación de la canción tradicional, y éxito de Simon and Garfunkel, "Scarborough Fair".

"Aquella noche tuvimos una gran charla que hacía tiempo que teníamos pendiente", dice Simon. Resulta que la discusión giró en torno a "Scarborough Fair". "Cuando la cantó, me llamó la atención lo hermosa que era. Martin Carthy fue un tipo importante en mi vida cuando vivía aquí. Me quedé con su piso en Belsize Park cuando se mudó. Me gustaba todo el mundo de aquí en aquella época. Fue una de las mejores épocas de mi vida".

Las mejores discusiones de Paul Simon son sobre música. En ellas se le ve más animado. Habla de la versión de "Bridge Over Troubled Water" del último álbum de Johnny Cash. "Para mí es una de las versiones más preciadas, porque se notaba que no iba a grabar otro álbum. Estaba preocupado; no sentía que su voz estuviera a la altura. Pero para mí, la fragilidad de su voz aporta algo extremadamente poderoso". Habla de su único musical en Broadway (y uno de los mayores fracasos de Broadway) The Capeman, centrado en un infame asesinato de los años 50 en Nueva York. "Me interesaba mucho hacer canciones con el doo-wop, que es una forma de música muy sencilla. La forma de trabajar con esta música era muy importante para mí. La mayoría de la gente, sobre todo en Gran Bretaña, no conoce el doo-wop. Era música urbana callejera de los años cincuenta, no tan conocida como el rockabilly, el rhythm and blues o los Everly Brothers. El doo-wop procedía del gospel y, si no hubiera escuchado a esos grupos, grupos como los Dixie Hummingbirds, nunca habría escrito "Bridge Over Troubled Water". A mediados de los cincuenta, cuando yo tenía 12 años, no era raro escuchar melodías que utilizaban séptimas y sextas mayores".

Habla de sus tres décadas y media de álbumes en solitario, con sus estilos musicales contrastados. Gospel, música sudafricana, tambores de samba brasileña. ¿No fue un Damon Albarn años antes de Damon Albarn, llevando la música del mundo a un primer plano? ¿Fue una estrategia premeditada? "No, no tengo ninguna estrategia, ninguna agenda. La primera canción latinoamericana que hice fue "El Cóndor Pasa", que escuché cuando estaba en el mismo cartel que Los Incas e interpretaban una canción preciosa. Es como el himno nacional de Sudamérica y, en particular, de Perú. Recuerdo que le dije a Artie que escribiría una canción sobre este tema”. "Los años sesenta fueron muy experimentales en lo que a músicas del mundo se refiere. Brian Jones [de los Rolling Stones] fue a África a grabar batería, y también George, de los Beatles, por supuesto. Había mucho interés por la música de todo el mundo. No se consideraba música del mundo".

Pero hace 20 años, con su álbum en solitario de mayor éxito, Graceland, la política se entrometió. Se le acusó de explotar a los artistas sudafricanos; el CNA se le opuso, y sus conciertos británicos fueron objeto de piquetes de manifestantes británicos contra el apartheid. Admite que se sintió molesto en aquel momento. "Creo que lo que conseguimos fue muy importante. Hicimos una declaración muy poderosa de que los boicots culturales no son eficaces. Permiten la libre circulación de ideas en los países y eso desafía a los gobiernos totalitarios". En cuanto al altruismo de las personas que se oponían a Graceland, era y es extremadamente cuestionable. Era mucho más política que indignación moral. El CNA, sobre todo en Inglaterra, se oponía a nosotros, y sin embargo Nelson Mandela me invitó a tocar. Me molestó la acusación de que me había aprovechado de los músicos sudafricanos, lo cual era completamente falso. Ellos votaron si yo debía ir; me pidieron que fuera, y yo les pagué a todos. Decir que me aproveché de muchos ingenuos es racismo al revés. Y fue condescendiente con un grupo de músicos muy sofisticados, que en realidad tenían todos agentes y editores".

Si la música le anima, sin duda es el caso de su nuevo álbum, y su elección del mago de los estudios británico Brian Eno como productor, aunque en realidad se le atribuye el mérito del "paisaje sónico". Simon dice: "Eno fue muy significativo. Lo que añadió sónicamente fue muy fresco para mí. Sus sonidos casan con mis canciones y las llevan a otro lugar".

Está de acuerdo en que sus canciones abordan las preocupaciones de la mediana edad. "Creo que mis canciones han envejecido adecuadamente desde el punto de vista lírico. Rítmica y musicalmente, no creo que estén aliadas a una edad. Son simplemente yo".

Es uno de los pocos vínculos con otra época que aún puede sonar totalmente fresco, musical y líricamente. Me pregunto si aún se siente vinculado a esa otra época. Cuando Art Garfunkel presentó la canción "America" en su concierto de reunión en Hyde Park hace dos años, dijo que era "sobre un tiempo y un lugar que ya no existen". ¿A Simon también le cuesta conectar con los años sesenta y las canciones que escribió e interpretó entonces? "Sí, hay una distancia. El país ya no existe. Estamos en un lugar diferente. Fue una buena época, pero también coincidió con mi juventud. Fue buena. Yo era joven".

Cuando Simon and Garfunkel se separaron, Simon dijo en una entrevista que le gustaría que con el tiempo se le recordara como músico, cantante, compositor y animador que una vez formó parte de un dúo llamado Simon and Garfunkel. Tres décadas después, ¿ha cumplido su deseo?
"Sí", reflexiona, "creo que sí. Pero creo que Simon and Garfunkel, como demuestra la última vez que estuvimos de gira hace dos años, han dejado una huella perdurable mayor de lo que yo hubiera pensado entonces. Después de todos estos años sigue siendo un nombre que llena estadios en todo el mundo. No lo habría predicho. Para mi sorpresa, estoy orgulloso del impacto de Simon and Garfunkel. El trabajo es bastante bueno para tratarse de un trabajo joven. Lo que me sorprende es que no era enfadado; no tenía nada de desagradable; era amable. Era soso cuando fallaba; era sentimental cuando fallaba. Pero cuando acertaba, tenía pureza. Y cuando miro atrás pienso: " Debió de ser un buen tipo. Debió de estar enamorado del mundo".

26 Mayo 2006
The Independent (UK)

(Traducción: The Sound of Simon)

 

 

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