Ojos Silenciosos




Ojos silenciosos
contemplan
a Jerusalén
sobre su lecho de piedras.

Ojos silenciosos.
Nadie puede consolarla.
Jerusalén
llora en soledad.

Está triste,
triste.
Es una llama ardiente
que grita mi nombre.

Ojos silenciosos,
ardientes.
Bajo el sol del desierto,
a medio camino de Jerusalén,
todos seremos citados como testigos.
Todos y cada uno de nosotros
compareceremos ante los ojos de Dios
para dar testimonio de lo que pasó.



© Traducción/Translation: José María Escudero, 1999

 
Discografía - Pagina Principal