When you're weary, feeling small,
When tears are in your eyes, I will dry them all;
I'm on your side. When times get rough
And friends just can't be found,
Like a bridge over troubled water
I will lay me down.
Like a bridge over troubled water
I will lay me down.
When you're down and out,
When you're on the street,
When evening falls so hard
I will comfort you.
I'll take your part.
When darkness comes
And pains is all around,
Like a bridge over troubled water
I will lay me down.
Like a bridge over troubled water
I will lay me down.
Sail on silvergirl,
Sail on by.
Your time has come to shine.
All your dreams are on their way.
See how they shine.
If you need a friend
I'm sailing right behind.
Like a bridge over troubled water
I will ease your mind.
Like a bridge over troubled water
I will ease your mind.
Guitarra: Paul Simon, Fred Carter, Jr.
Batería: Hal Blaine
Bajo: Joe Osborn
Piano: Larry Knechtel
Arreglo de la sección de cuerda: Ernie Freeman
© 1969 Paul Simon Music BMI
Disco: Bridge Over Troubled Water
Comentarios: Sin duda la canción más conocida de Simon y una de las grandes baladas del pop. Una canción majestuosa, pero optimista, que trata de la alegría de compartir las cargas de la vida, un canto al amor, la amistad y la esperanza.
“Bridge Over Troubled Water” nació una noche de principios de 1969, mientras Simon permanecía sentado en su apartamento de East End Avenue hora tras hora, rasgueando su guitarra y escuchando un álbum gospel de los Swan Silvertones. se sentía atraído por un tema del álbum: “Oh Mary Don't You Weep”, un espiritual de antes de la Guerra Civil. En un momento dado, el cantante del grupo, el reverendo Claude Jeter, suelta una frase común en el lenguaje eclesiástico: “I’ll be a bridge over deep water, if you trust in my name” (Seré un puente sobre aguas profundas, si confías en mi nombre). La frase no destaca entre el bullicio de la canción. Hay que prestar atención para captarla. Simon estaba prestando atención.
De la nada, escribió su propia melodía, que le pareció agradable, cariñosa e innegablemente hermosa. Luego empezó a escribir las palabras que se convertirían en los dos primeros versos.
“Fue así, sin más”, dice Simon. “La esencia de la canción llevó quizá veinte minutos; las dos primeras estrofas se hicieron en dos horas. Y la melodía era algo así como quince notas, que es larga. Pensé: 'Esto es mejor de lo que suelo escribir'. Parecía fluir a través de mí. En cierto modo, no sientes que puedas llamarla tuya, pero tampoco es de nadie más. No sabía de dónde venía, pero sabía que era excepcional. Es como un sentimiento químico, la creación de algo que es tan excepcional que crea adicción. Es una de las cosas que te mantienen escribiendo toda la vida: intentas llegar a ese lugar otra vez”.
Aunque el tema de la canción encaja perfectamente en la tendencia de Simon a empatizar, las primeras líneas contienen un fuerte elemento autobiográfico. “Me gusta que las primeras líneas de una canción sean sinceras, y ésas lo eran”, afirma. “Me sentía cansado (weary) por los problemas con Artie y otras cosas. También me sentía poca cosa (feeling small). Pero entonces la canción se aleja de lo autobiográfico. Sale de mi imaginación”. En cuanto a los brazos abiertos de la canción, afirma: “Siempre he sido capaz de sentir lo que es estar apartado, aunque en mi propia vida he estado en el meollo de las cosas. Y sin embargo, estoy en minoría y soy inusualmente pequeño para alguien que está en el centro de atención. Soy esencialmente un tipo egoísta. Casi siempre he hecho lo que he querido, pero con algo dentro que me decía: 'No pises a la gente'. Sabía que todo podría revertirse en un instante”.
Poco después, Simon tocó una primera versión de “Bridge” para el ingeniero Roy Halee. “Paul entró en la sala de control con su guitarra y esas dos estrofas, y pensé: 'Guau'“, cuenta Halee. “Ojalá tuviera una grabación de eso ahora. Hay que recordar que fue justo después de 'The Boxer'. Dos canciones absolutamente brillantes, una detrás de otra”. Esas dos canciones ayudaron a Simon y Halee a mantener el ánimo durante una época en la que ambos se sintieron abandonados por Garfunkel. “Artie se había alejado de nuestro álbum para poder ser una maldita estrella de cine”, dice Halee.
Debido a la naturaleza excepcional de la canción y a la reputación del dúo de tomarse mucho tiempo en el estudio, la grabación de “Bridge” se ha convertido en otra leyenda urbana, tal vez, según algunos, incluso más larga que las cien horas atribuidas a “The Boxer”. En realidad, según Simon, la pista instrumental se grabó en cinco días en Los Ángeles, y la voz de Garfunkel se grabó más tarde, durante dos días, en Nueva York, en un descanso de la breve gira. Sin embargo, fueron siete días intensos. Desde el principio, Simon imaginó a Garfunkel como cantante principal, aunque Art no se mostró especialmente receptivo. “Él sentía que era su mejor canción”, dijo Garfunkel. “Yo sentía que era algo menos que su mejor canción, pero una gran canción”. Una vez que Art cedió, Larry Knechtel recibió el encargo de adaptar la canción al piano, y no fue fácil. Simon quería un toque gospel, pero “no demasiado góspel”. Knechtel trabajó en los cambios durante más de dos días y pasó por docenas de tomas antes de que Simon pensara que estaba bien.
La adaptación de Knechtel amplió tanto la canción que Garfunkel y Halee empezaron a considerar necesaria una tercera estrofa. Simon y Garfunkel imaginaron entonces algo que daría a la canción un toque dramático, como el que admiraban en algunas de las grabaciones del productor Phil Spector con los Righteous Brothers, en las que una canción, como “You've Lost That Lovin” Feelin”“, avanzaba sin más hasta cerca del final, cuando Spector inyectaba un repentino y enorme toque de dramatismo instrumental. Simon aceptó el reto y escribió una nueva estrofa en el acto. Esa mañana, su mujer Peggy, dos años mayor que Simon, se enfadó al notar un par de canas en el espejo. Simon recordó el incidente y escribió unas líneas que pretendían tranquilizarla. En menos de diez minutos, tenía la tercera estrofa: Sail on, silvergirl...
El verso adicional funcionó bien, dando a la canción una imagen misteriosa. Hubo tantos interrogantes sobre “Sail on, silvergirl” (Navega, chica plateada), que durante años, una teoría popular entre los oyentes fue que “chica plateada” se refería a la aguja de un heroinómano. Con esa estrofa añadida, la grabación de la canción fue rápida... hasta que llegaron a las cuerdas.
Halee entregó una maqueta de la canción a Ernie Freeman, un veterano arreglista que había trabajado con decenas de artistas, entre ellos Frank Sinatra. Pero cuando Freeman volvió al día siguiente con los arreglos de cuerda escritos para cada uno de los músicos, Simon perdió toda la confianza en él cuando vio el título que Freeman había escrito en las partituras: “Like a Pitcher of Water” (Como una jarra de agua). “Me cabreé”, cuenta Simon. “Parecía que no había escuchado la maqueta el tiempo suficiente como para acertar con el título. Odié tanto el arreglo que salí del estudio. En el estudio a veces me incendiaba, pero ése es mi trabajo: proteger la música. No importa lo que piensen de mí. No voy a dejar que le pase nada malo a una de mis obras. Es como tu hijo”. Como hacía tan a menudo, Halee encontró la manera de que el arreglo funcionara para que no tuvieran que volver a traer a los músicos para otro intento, aunque Simon siempre consideró la parte de cuerda un poco demasiado almibarada.
La canción encabezó las listas de éxitos de todo el mundo, incluidas seis semanas en el número 1 en Estados Unidos. La han grabado artistas de la talla de Elvis Presley, Aretha Franklin, Stevie Wonder y Johnny Cash. Tambien ha sido versionada en diferentes idiomas, entre ellos el español con una exitosa grabación de Camilo Sesto. Pero junto a la de Art, la interpretación vocal favorita de Simon era la de Aretha Franklin. "La versión de Aretha es tremenda, la mejor que he escuchado sin contar la de Artie. Pero la versión de Aretha es brillante, tal vez sea la mejor versión de cualquiera de mis canciones que alguien haya hecho jamás".
Tras “Mrs. Robinson” y “The Boxer”, la canción suscitó un enorme respeto por Simon en la comunidad de la música mainstream, especialmente entre los profesionales veteranos que componían el grueso de los votantes de los Grammy y que habían tardado en aceptar el rock and roll. Para muchos de ellos, “Bridge” era un vínculo inspirador con la artesanía suprema de la tradición del Gran Cancionero Americano.
Como curiosidad, cuando unos años más tarde Simon tuvo la ocasión de conocer (y trabajar) con el Reverendo Claude Jeter, cuya voz había inspirado la canción, Paul no solo le agradeció por su inspiración, si no que le firmó un cheque para mostrar su agradecimiento. Segun un testigo de ese encuentro, después de que Paul se marchase "Claude estaba tan agradecido que lloró”.